lunes, 29 de septiembre de 2014

Como reforzar tus defendas con los cambios de estacion


Vivimos rodeados de microorganismos patógenos y de sustancias tóxicas y, a pesar de ello, no siempre estamos enfermos. El principal motivo es que nuestro organismo dispone de sus propios mecanismos de defensa para protegemos Contamos con barreras naturales que nos preservan, como la piel, el ácido del estómago, la flora intestinal o los macrófagos por la médula ósea y el hígado. Además, disponemos también de mecanismos más específicos de defensa, como las inmunoglobulinas y los linfocitos B y T.

La capacidad inmunitaria puede disminuir por diversos factores, como la edad, el estrés, la contaminación o el abuso de medicamentos. Para evitar problemas, prueba a potenciar tus defensas de forma natural.

Come a diario alimentos frescos, ricos en minerales, vitaminas y antioxidantes, como verduras y frutas de temporada cultivadas cerca de tu ciudad. Menos grasas. Disminuye el consumo de alimentos grasos, sobre todo de origen animal, productos refinados, azucarados y bebidas alcohólicas. Bebe agua. De litro a litro y medio al día, para que el cuerpo esté correctamente hidratado (los virus se desarrollan mejor en mucosas secas).

Haz ejercicio suave. Practica regularmente actividad física moderada (andar, gimnasia, deporte). Está demostrado que el ejercicio demasiado intenso puede afectar a las defensas. Duerme lo suficiente.

Durante la noche, el organismo no solo descansa, sino que se autorrepara física y mentalmente.

Relájate. El estrés y las emociones negativas debilitan el sistema inmunitario. Evítalos con técnicas de relajación como concentrarte en tu respiración.

Vitamina A. Fortalece la piel y las mucosas y contrarresta los efectos del estrés. En lácteos, melocotón, zanahoria, espinacas, lechuga y cereales.

Vitamina B6. Su déficit baja las defensas. Las necesidades aumentan a partir de los 40 años. Son ricos en esta vitamina el atún, los cereales integrales, el tomate, las espinacas, la col, fruta y la levadura de cerveza.

Vitamina C. Su carencia se asocia a una menor resistencia a las infecciones. Cítricos, kiwi, tomate, pimiento y patatas la proporcionan.

Vitamina D. Tiene un efecto regulador del sistema inmunitario. Para que el organismo la sintetice, es necesario exponerse a los rayos solares y también está en ciertos como huevos, pescado y setas.

Vitamina E. Impide la proliferación de virus, alivia el estrés y contribuye a que las defensas no disminuyan con la edad. En aceites vírgenes, cereales integrales, fruta, verdura y huevo.

Cobre. Aumenta la resistencia ante las infecciones. Ostras, cereales, frutos secos y verduras son ricos en cobre. En caso de infección vírica (gripe o resfriado), se recomienda tomarlo vía oral en ampollitas.

Manganeso. Combaten las manifestaciones alérgicas (asma, rinitis, eccemas). Lo encuentras en copos de avena, legumbres, frutos secos y soja. Las ampollitas de manganeso se emplean en alergias y las de manganeso- cobre, para infecciones del aparato respiratorio.

Selenio. Su carencia puede transformar un virus benigno en maligno. En infecciones crónicas se aconsejan dosis de 50 a 200 mlg al día. Lo puedes encontrar en la levadura de cerveza, germen de trigo, ajo, cebolla, col y fruta.

Zinc. Refuerza las defensas. Se aconsejan 15 mg al día, o incluso el doble en caso de poca resistencia a las enfermedades. Se halla en cereales integrales, levadura de cerveza y brécol.

Ajo. Mejora las defensas. Se recomienda que las personas con baja resistencia a las infecciones tomen 2 o 3 dientes de ajo al día, o su equivalente en forma de cápsulas o perlas para disminuir el olor corporal que puede comportar su consumo en crudo.

Regaliz. Es un potente estimulante del sistema inmunitario. Si padeces hipertensión arterial, deberás tomarla con precaución.

Plantas chinas. La medicina tradicional china usa plantas que contribuyen a reforzar las defensas, como el ginseng, el Astragalus membranáceas o el Ligustrum lucidum. Setas, como el shiitake o el reishi, también son de ayuda.
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